
Es una sutil mezcla de los aromas preferidos de María Antonieta junto a los que se estilaban en la Corte en aquellos días. Recuerda al romántico perfume descrito en “La nouvelle Eloise” y al encanto pastoral de la vida de María Antonieta, fuentes de inspiración de este perfume. Los aromas se encontraron en un libro sobre María Antonieta y sus gustos, en el que también se mencionaban las velas Trudon que tanto le agradaban.
Cire Trudon invita a Arquiste Parfumeur a crear un nuevo aroma único para una de sus velas. Arquiste Parfumeur celebra esta apreciable colaboración franco-mexicana recreando una cálida noche descrita por la Emperatriz Carlota de México en su visita a la ciudad de Mérida, Yucatán, en 1865.
Centrada en la fragancia exuberante de las múltiples capas del árbol de guayaba, evoca el suculento aroma de la fruta madura, de las embriagadoras flores, el follaje y la corteza, envueltos por elegantes notas de madera de caoba con un toque de pólvora de fuegos artificiales.
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